miércoles, 18 de febrero de 2015

Dulce de Batata


Te escucho gritar, te oigo rugir.
Veo todo negro, no puedo resistir.
Te siento odiar, vomitando en mí.
El frío me envuelve, no quiero seguir.
Mientras el cuarto se hace más oscuro, la noche más negra, estamos lejos no somos nosotros.
Me pides por favor que deje de gemir.
No puedo seguir, no quiero insistir.
Te arrodillas en frente, me dice que sí.
¡Ay! Yo lo presiento, no puedo vivir.
Se exige, se corroe, se rompe, se desmorona, muere y desgarra cada instante, cada segundo.
Ya no te veo, ya no estas aquí.
No puedo respirar, ya no esta en mí.
Mi pecho quebrado comienza a morir.
La vida existe, me marcho de aquí.
Lo intenté todo, me dejé ayudar, quise lograrlo y no pude escapar por vos. Tuve un mal día,
yo sólo lo sé que no intento morir.
Quiero pedir no poder insistir.
Lamento tanto que sea  así.
Sólo puedo esperar lo que sea el fin.
En un lugar lejano, en un cuarto ya negro, rodeado de sombras,
rodeado de sombras ya no puedo correr, mi corazón ya no puede seguir, aquí me tengo que quedar ¡Amén!
Ya no puedo escapar, yo me quedo aquí.
Ya no puedo seguir, Dios, que vengan por mí.
Sólo espero que este sea el fin,
este es justo como el que creí.
Así termina el tiempo, no lo decidí.
Siendo feliz hice mi mayor esfuerzo. Deseo que no esperen más de mí. Muy endeble, todo tan frágil, absolutamente rígido, el ártico llegó en verano.
Esperando por vos me exilie por mí.
Sólo hoy quiero verte quiero estés ahí.
Aguanto un poco sólo por verte en mi sueño,
tenerte frente a mí es mi único deseo.
Esperando en un lugar alejado, en un lugar aislado, detrás de mi escudo. Esperando, sólo esperando, dentro de mi coraza me veo morir.
Estar en tus manos es mi último anhelo.
Ya no puedo seguir, estas vos ahí.
Mi corazón duele, algo tenés que hacer.
Te tomo de la mano, yo creo en ti.
Aguardando este momento, debemos partir.
No lo puedo creer, tú ya estás aquí.
Me tomas de la mano, me haces sucumbir.
Ya no estoy acá, logre sonreír.