Cargue el arma con cada sentimiento acumulado durante este tiempo, vacíe el mate para que me haga compañía en la redacción. Nuevamente nos encontramos corazón.
Fuga caótica de pensamiento, el rompecabezas me llega con piezas totalmente distintas, nada concuerda con lo que pensé. Paso el tiempo pensando, y este sigue pasando.
No es la lluvia la que hoy me moja, son todas esas veces que escupí hacia arriba, Fuck! Paraguas por favor.
Va cambiando el almanaque, van girando los dados, cambian los números el resultado es el mismo, la suerte la misma, ¿será entonces que el éxito este condenado?
El remordimiento de no hacer lo correcto en el momento correcto llega tajante como la realidad de hoy ser victima de mis propias excusas pasadas. “Si el resultado del problema no es el satisfactorio, no busques en que te equivocaste, borra todo comensa de 0”. Nunca imagine que las palabras de mi maestra de 3er grado volvieran a mi mente. Ecuación de 23 años, siempre odie las matemáticas.
Despierto como toda mañana, respiro bien fuerte, lleno de oxigeno mis pulmones antes de sumergirme unas ves mas en la realidad. Solo es cuestión de inercia, quienes vivimos en los sueños la realidad nos mata un poco. Seré fuerte, ¿lo seré?
Se que extraña y genera una curiosidad, un tanto, mas grande que gigante, ver que vivo en una perfecta burbuja de cristal, no fuking entren por que no se puede. Para hacerlo deberán romperla, no rompan lo que no es suyo, como paradoja simpática de la vida si destruís la esfera donde vivo, tampoco podrás entrar por que no estará, parece mentira tener que aclarar obiedades obvias.
En cuanto mis cumpleaños se van sumando, con lo cual agrego historias en el archivero, voy cambiando conclusiones, de acuerdo a los años aumentan cambiamos los adjetivos. Llegue la adolescencia con el entusiasmo y a los gritos de estoy creciendo, mas tarde a los 21 mas calmado, por algún que otro golpe de correr atolondrado, en reflexiones pensé estoy evolucionando, para no muy lejos darme cuenta que sencillamente me pongo viejo.
Cambios corazón, cambios, adáptate o muere en el intento. Incontables veces busque refugio en los brazos, que luego, resultaron ser los que me estrangularon, dice el viejo refrán, “quien se quema con leche, mira una vaca y llora”. Es por eso que cambie, no me aburro de recibir las mismas palabras, no todo es igual me dicen, pero las cebras aunque no son iguales, están todas rayadas. En todo caso mi decisión soportar la abstinencia a la lactosa o el no ver una vaca cerca. Es por eso que mantengo mi cambio ¡Gracias! Por cooperar.
Lo bueno a todo esto, es que mas allá de los detalles narrados años, experiencias, almanaques, cambios y certezas, hay pequeños detalles, privilegios, que continuara una otra ves constantemente, tan grabados como mi huella digital. El sabor a café y cigarrillo de la amistad más cercana. Los verdes de todas las noches, la catarsis corrosiva como punto de fuga.
Otras ves el reloj me invita a volver a mi hogar, como no aceptar una propuesta tan tentadora, espero que como siempre sean dulces sueños, home sweet home. Nos leeremos en otra ocasión, hasta entonces Buenas noches mejor amaneceres.
