Todos los días me levanto con la idea que hay que pelearla. Que nada es regalado, luchando, rompiendo mis arterias, mis ventrículos, apretando el alma, inflando los pulmones y hacer del esfuerzo un lema tatuado en la lengua para jamás dejar de repetirlo. Un estandarte que va de yugo sobre mis hombros, soy hijo del esfuerzo y por ende a fuerza me hago a entender q sin el no soy nada y que si algo soy es eso producto bruto de el.
Por necedad animal tiro con fuerza hacia adelante mis sueños. Tan logrados, formados detallados y planificados, formidables de acero puro, pesados cual concreto, frágiles y destructibles. Con el tazón del buey avanzo, o eso intento, a base de paciencia los voy armando, encajando y trato que lo mejor de mi sea parte de ellos. Y eso mismo, lo mejor de mi los hace tan pesados. Sencillo seria que lo peor de mi ganara y aflojara, o tan solo cayera en la sencillez y la mentira de buscar lo practico para hacer de ellos algo simple sin complicaciones. Pero es mi personalidad barroca la que hace de un cubo un prisma y de un laberinto un océano. No puedo pecar de sencillo o simplista. No es propio de quien en el perfeccionismo encaminó su arte. De quien hasta lo que no sabe hacer lo hace con verbo y sin pensarlo, en su perfecto desorden.
Y sobre mi almohada como yunque y la noche de martillo, con mi esencia como combustible, lo vivido de ejemplo y tantos otros condimentos voy forjando madrugada tras madrugada entre sonrisas, llantos y deseos, lo que quiero ser y no quiero.
Las ideas llueven como la noche que hoy me acompaña y entre gotas me cae la idea de siempre que pasa a visitarme, “si fueras más ordenado en tu mente todo seria más fácil”. Si eso fuera así no seria yo, y si fuera fácil no me costaría el esfuerzo, por ende nuevamente faltaría una parte. No me avalan mis palabras, si no todo lo que pongo en juego para cumplir con ellas y no fallarme ni fallarles.
En juicio me caben todas las causas de las cosas malas o cosas buenas, cosas sin terminar o mal terminadas. Pero si así fue es porque así soy. Si fallé en algo de seguro fue por no fallarme, por no cambiar, por seguir siendo lo que soy y que quedes de testigo que nunca deje de ser. Y si ese es mi problema, no lo veo como tal. A puro coraje y la pera arriba pararé con el pecho lo que dije con la boca.
Porque a grito y desgarro seguiré haciendo bandera de que tengo la fuerza de mis palabras y la potencia para llevarlas adelante.
Porque es lo que soy un puñado de sueños, palabras y vivencias que a capa y espada defiendo y predico, demuestro y dedico.
Por que no tengo mas para dar que lo que soy, fui y seré.
Después de recitar todo este padre nuestro tome el último mate de la mañana, agarre las llaves, respire profundo y pensé en vos. “Seréis Fuertes” dijiste, hoy otras ves mas “Seré Esfuerzo” replico.
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