Historia Cualquiera -Cap 3 - ¿hogar dulce hogar?

Llego al hogar abrió esa vieja puerta de madera, y lo primero que hace ni bien entra es quitarse la campera y la arroja cayendo oportunamente sobre una silla, camina hacia la cocina y de pasada prende el contestador, abre la heladera y mientras toma jugo de naranja, pasa el mal trago de escuchar uno a uno los reproches de su mujer y de su madre. Su ex esposa no deja de exigir dinero mas dinero para sus hijos, y anticipa que va a tener que hablar con su abogado, la plata no le alcanza y necesita un aumento ya. También esta su pareja exigiendo salidas y regalos, que como toda mujer no va a elegir algo de 2da, cumpleaños de gente desconocida para el, pero que de igual manera deberá hacerse cargo como todo caballero. Tampoco puede dejar de lado los pedidos de su madre , que el pami, que el gas, que el agua, que remedios, y muchísimo menos olvidarse de la comida, deberá estar pendiente de acordase de todos para darle a cada uno lo que corresponde así como todos se acordaran para reprocharle lo que corresponda. Cada cual tendrá su sello con el cual dejar marcado su pedido, frases que rebotan todo el tiempo en la calidad de su silencio al momento de llegar el tiempo de meditación. Frases como “Pobre de tu madre, si me hubieses escuchado mas” o “querido es por tu hijos, haber cuando pones las bolas como corresponde” y tampoco saltearse el “seguro que a tu ex pareja no le decías que no”
De repente las ganas de estar en casa se convirtieron en ganas de salir corriendo.
Entre tanto problema se olvido fijarse si hay comida y vuelve a revisar la heladera entonces nota que con ½ brócoli, mostaza, mayonesa, y mermelada no son opciones de un buen menú. Toma la campera y encara hacia el asfalto, hoy comerá pizza de la continental mas cercana.
Termino de comer, lava los platos, acomoda la cocina, enciende la hornalla donde deja la pava que hierva. Una ves mas será repetir café y cigarrillo y junto con ello las imágenes del día y de los días. Maldito músculo bobo, que funciona cual alcancía de acumular angustia, como todo un fakir traga espadas filosas y soporta tener que dormir en una cama de clavos sin quejarse. Envidiable condición que nadie desea tener.
No hay nada que libere la presión que lleva, yugo constante atado al cuello sofoca y lastima, todo esto provoca una atmósfera donde se hace difícil respirar, y el odio se brinda como un condimento desagradable.
El sabe bien que las matemáticas en este caso no lo favorecen, puesto que negativo por negativo el resultado será paupérrimo, lleva una enfermedad crónica y los síntomas lo castigan con el correr del tiempo, con los cuales vivir no le darán nada bueno.
En algún momento todo aquello que aqueja su corazón se liberara de forma violenta, todas esas estacas clavadas en lo profundo de su pecho apenas dejan sentir y simultáneamente borran las sonrisas dibujando lagrimas. En el conviven tristezas, amarguras, bronca y decepciones, todas ellas acuarteladas dentro suyo, rotando las guardias en que rigen su alma. Cóctel explosivo q a su debido tiempo detonara